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martes, 4 de enero de 2011

Los Machado y el Café de Fornos


Así han sido conocidos los hermanos Manuel y Antonio Machado, poetas españoles que marcaron al mundo literario con su inspiración, ya sea en forma singular o trabajando juntos. Manuel el mayor nació en Sevilla el 29 de Agosto de 1874 y falleció en Madrid el 19 de Enero de 1947. Por su parte Antonio nació también en Sevilla el 26 de Julio de 1875 y falleció en Collioure, Francia el 22 de Febrero de 1939.

Ambos nacidos en el seno familiar del matrimonio formado Antonio Machado y Álvarez y Ana Ruiz, quienes los procrearon junto con José (1879), Joaquín (1881), Francisco (1884, ya en Madrid) y Cipriana (1885, que murió a la edad de 15 años). El padre Licenciado en Derecho y Filosofía y Letras, su gran dedicación fue el estudio del folklore. Fue el iniciador de los estudios folklóricos en España, fundó la revista El Folk-Lore Andaluz (1882-83) y publicó Coleccion de cantes flamencos (1881), la Biblioteca de las tradiciones populares españolas (1884-86) y Cantes flamencos (Colección escogida) (1887) conocido folclorista sevillano apodado ¨Demófilo¨ (amigo de pueblo).

La familia se trasladó a Madrid donde los hermanos Machado siguen estudiando inclinándose por la Filosofía y Letras. Muy pocas veces volvieron a Sevilla pero Manuel siempre fue marcado por lo sevillano y andaluz ya que sus padres siempre tenían un gran amor por su tierra, lo cual lo hizo un divulgador nato de los cantes flamencos, el cante hondo. Su personalidad a la vez cosmopolita y andaluza se plasma en una lírica en la que el gusto modernista coexiste con los motivos populares. Manuel escribió poesías para el cante, donde utilizaba coplas, seguidillas y soleares y también palabras típicas del dialecto andaluz. Su verso es ágil y expresivo donde muestra su ingenio y renovada escritura. Entre sus poemarios están: Alma (1901), Caprichos (1902), Los Cantares (1905), El mal poema (1909), Apolo (1911) Cante hondo (1912), donde la musicalidad de sus versos se dirigió a la recuperación de la copla popular andaluza , Ars moriendi (1921), Phoenix (1936), en la última fase de su trayectoria se pudo apreciar una propensión hacia una lírica superficial y tópica, especialmente con Horas de oro (1938), Cadencias de cadencias (1943) y Horario (1947). Publicó también la novela El amor y la muerte (1913) y los ensayos La guerra literaria (1914) y Un año de teatro (1918).

Manuel fue uno de los mas destacados representantes del modernismo en España.

La Copla de Manuel Machado

Hasta que el pueblo las canta,
las coplas, coplas no son,
y cuando las canta el pueblo,
ya nadie sabe el autor.

Tal es la gloria, Guillén,
de los que escriben cantares:
oír decir a la gente
que no los ha escrito nadie.

Procura tú que tus coplas
vayan al pueblo a parar,
aunque dejen de ser tuyas
para ser de los demás.

Que, al fundir el corazón
en el alma popular,
lo que se pierde de nombre
se gana de eternidad.

Por su parte Antonio salió del modernismo intimista y se aleja de lo mas musical que nacía del simbolismo francés, su obra es expresión lírica del ideario de la Generación del 98, donde se retrata la España negra en su decadencia y ruina de las viejas ciudades castellanas, al describir jardines abandonados, parques viejos, etc. Ha sido definido como el poeta de lo interior, porque en sus escritos refleja una preocupación filosófica que indaga en las profundidades del ser humano, en obsesiones muy íntimas donde también hay mucha melancolía otoñal en muchos de sus poemas, la nostalgia, el desánimo y ansiedad por la juventud ya ida, considerar a la mujer como un universo insondable. Entre sus libros están Soledades (1903), Soledades, galerías y otros poemas (1907), reedición y ampliación del anterior, o pasajero y lo eterno en Campos de Castilla (1912), Nuevas canciones (1924), el autor intensificó tanto su enfoque reflexivo como la línea sentenciosa de los "Proverbios y cantares" póstumamente con el título de Los complementarios (1971). Poesías completas de 1928 y 1933 y La guerra (1937).

Caminante no hay camino de Antonio Machado

Todo pasa y todo queda,
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre el mar.

Nunca persequí la gloria,
ni dejar en la memoria
de los hombres mi canción;
yo amo los mundos sutiles,
ingrávidos y gentiles,
como pompas de jabón.

Me gusta verlos pintarse
de sol y grana, volar
bajo el
cielo azul, temblar
súbitamente y quebrarse…

Nunca perseguí la gloria.

Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.

Al andar se hace camino
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.

Caminante no hay camino
sino estelas en la mar…

Hace algún tiempo en ese lugar
donde hoy los bosques se visten de espinos
se oyó la voz de un poeta gritar
“Caminante no hay camino,
se hace camino al andar…”

Golpe a golpe, verso a verso…

Murió el poeta lejos del hogar.
Le cubre el polvo de un país vecino.
Al alejarse le vieron llorar.
“Caminante no hay camino,
se hace camino al andar…”

Golpe a golpe, verso a verso…

Cuando el jilguero no puede cantar.
Cuando el poeta es un
peregrino,
cuando de nada nos sirve rezar.
“Caminante no hay camino,
se hace camino al andar…”

Golpe a golpe, verso a verso.

Juntos en las letras, tertulias y diversión, separados por la guerra.

Los hermanos Machados se aficionaron al teatro y comenzaron a asistir a tertulias y ambientes literarios de Madrid, principalmente el Café de Fornos (Denominado a partir del año 1909 como el Gran Café) a donde le gustaba ir a Manuel por su gusto del cante hondo. Se trata de un café ubicado en Madrid y que en la actualidad ya no existe, era uno de los cafés de tertulia más famosos y lujosos que existieron hasta comienzos de siglo XX en Madrid, El Fornos era reunión en los buenos momentos de final de siglo de cantaores flamencos, es por esta razón por la que se incluye entre los cafés cantantes de la época. El Fornos tenía una doble vida, por el día era un café prestigioso con un restaurante de lujo y por la noche se transformaba en lugar de reunión y algarabía. Se discutía el tema del día o el que estuviera de moda, las conversaciones se repetían y solían recaer en los mismos asuntos: política, bodas reales, corridas de toros, el tiempo, literatura, sucesos, o alguna obra de teatro.

Manuel y Antonio, dos poetas que despuntaron en aquel Madrid de principios del siglo XX, escribieron juntos varias obras dramáticas de ambiente andaluz.
Su obra más notable es La Lola se va a los puertos (1929), llevada al cine en dos ocasiones. Otras obras de los Machado son Desdichas de la fortuna o Julianillo Valcárcel (1926), Juan de Mañara (1927), Las adelfas (1928), La prima Fernanda (1931), La Duquesa de Banamejí (1932) . Llega la República y, al principio, Manuel se entusiasma casi tanto como su hermano. Hasta compone un himno nacional republicano con música de Esplá. Pero en 1932, se muestra desengañado y se proclama liberal, «tan ajeno al fascismo como el comunismo». La radicalización política distancia a los hermanos. Tras La duquesa de Benamejí sólo consiguen terminar El hombre que murió en la guerra en 1936. ¡Terrible premonición! Se estrenaría en 1941, cuando ese hombre puede llamarse Antonio.

Tras el estallido de la guerra, cada cual corrió una suerte diferente pero a pesar de estar separados conservaron semejanza en sus obras quizás debido a la cuna de donde venían, los genes que los recorrían o ese convivir durante un tiempo. La poesía titulada Adelfos de Manuel tiene argumentos muy parecidos a la que contiene Retrato de Antonio. Ambos tienen una poesía titulada La Saeta aunque ha sido más difundida ha sido la de Antonio pues ha sido musicalizada por Joan Manuel Serrat pero no menos hermosa es la que escribió Manuel.

La Saeta

Dijo una voz popular:
¿Quién me presta una escalera
para subir al madero
para quitarle los clavos
a Jesús el Nazareno?

Oh, la saeta, el cantar
al Cristo de los gitanos
siempre con sangre en las manos,
siempre por desenclavar.
Cantar del pueblo andaluz
que todas las primaveras
anda pidiendo escaleras
para subir a la cruz.

Cantar de la tierra mía
que echa flores
al Jesús de la agonía
y es la fe de mis mayores.

¡Oh, no eres tú mi cantar
no puedo cantar, ni quiero
a este Jesús del madero
sino al que anduvo en la mar!

Antonio Machado- J.M. Serrat

La Saeta

I
«Míralo por dónde viene
el mejor de los nacidos...»

Una calle de Sevilla
entre rezos y suspiros...
Largas trompetas de plata.
Túnicas de seda... Cirios,
en hormiguero de estrellas,
festoneando el camino...


El azahar y el incienso
embriagan los sentidos.
Ventana que da a la noche
se ilumina de improviso,
y en ella una voz -¡saeta!-
canta o llora, que es lo mismo:

«Míralo por dónde viene
el mejor de los nacidos...»

II
Canto llano... Sentimiento
que sin guitarra se canta.
Maravilla
que por acompañamiento
tiene..., la Semana Santa
de Sevilla

Cantar de nuestros cantares,
llanto y oración. Cantar,
salmo y trino.
Entre efluvios de azahares
tan humano y, a la par,
¡tan divino!

Canción del pueblo andaluz:
...de cómo las golondrinas
le quitaban las espinas
al Rey del Cielo en la Cruz.

Manuel Machado

Estos asombrosos paralelismos se detectan en Los Machado, cada uno con su gran calidad de escritura, de inspiración, de entrega a las letras. La culpa de la guerra civil los desunió, la ideología de bandos contrarios, el exilio de tantos poetas, escritores y talentos, la dureza del régimen de la dictadura, el arrojo de Manuel hasta para dedicar una poesía titulada Al sable del Caudillo de la cual cuentan se arrepintió después de haberla escrito, todo eso los alejó.

Antonio Machado de talante izquierdista y firme defensor de la república se ve obligado a abandonar Madrid, con la derrota del ejército republicano, huye de España y se exilia en el pueblo francés de Colliure, donde poco después se produce la muerte del poeta y la de su madre con sólo tres días de intervalo. A inicios del 39 Manuel se entera que su hermano ha muerto, consigue pasar a Francia y cuando llega al cementerio se entera que su madre también yace ahí, ante las tumbas frías se siente desolado y su estampa es digna representante de las consecuencias de una guerra cruel, de la desolación del pueblo español, de la separación de familias, de la tragedia que sacudió a la familia Machado como a muchas otras más pero que al ser los hermanos tan conocidos por sus letras, se ha dicho que son el símbolo de la lucha de dos hermanos enfrentados sin haber luchado en la guerra en algún bando militar.


En los años posteriores la obra de Manuel Machado fue hecha a un lado y se dio realce a la obra poética de su hermano Antonio, sin embargo en la actualidad se han convertido en iconos y dignos representantes de las letras españolas.

CAFE LITERARIO LES INVITA A CONOCER MAS DE MANUEL Y ANTONIO MACHADO, GRANDES POETAS ILUSTRES DE FINALES DEL SIGLO XIX Y PRINCIPIOS DEL SIGLO XX, ESPERAMOS QUE AL ADENTRARNOS EN SUS LETRAS NOS SINTAMOS ORGULLOSOS DE HABER TENIDO LA OPORTUNIDAD DE LEER SUS OBRAS.

GRACIAS.

VICKIE, KARLA Y LUPITA


"Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla,

y un huerto claro donde madura el limonero;

mi juventud, veinte años en tierra de Castilla;

mi historia, algunos casos que recordar no quiero"

Antonio Machado (Campos de Castilla, 1912)



¨La Vida se aparece como un sueño
en nuestra infancia... Luego despertamos
a verla, y caminamos
el encanto buscándole risueño
que primero soñamos;
... y, como no lo hallamos,
buscándolo seguimos,
hasta que para siempre nos dormimos¨

Manuel Machado (Ars Moriendi 1921)